Lo primero que tenemos en cuenta para la creación de nuestras casas modulares es la base de los módulos. Éstos se hacen a medida, según lo que desee el cliente. Dependiendo del tamaño de la casa, tendrán más o menos módulos.
Una vez la base está hecha, sobre ella levantamos el resto de la estructura.
El perímetro de la casa, el tejado y las paredes interiores, están formados por una estructura metálica. Estas estructuras metálicas son independientes y van soldadas entre sí, formando un monocasco y creando una estructura que trabaja toda junta.
Cuando la estructura está construida, colocamos los paneles de fachada, cubriendo así todo el perímetro de la casa. Entre las paredes se colocarán todas las instalaciones que sean necesarias como por ejemplo la fontanería, electricidad
y calefacción.
Después, seguimos con el interior de la casa y ponemos la tabiquería, los lucidos, el alicatado, la carpintería… y terminamos con la pintura.
Exteriormente intentamos dejarla acabada, todo lo que nos permita el modelo de casa que el cliente haya escogido.
Colocamos las puertas, las ventanas, los aleros e incluso la fachada, si es posible.
Una vez la casa está terminada, se divide en módulos para poder transportarla.
Ya en el lugar donde va a ir ubicada, y tras tener preparada la cimentación donde se colocará, descargamos los camiones y procedemos a su montaje. Una vez están montados todos los módulos, se sueldan unos con otros para formar una única estructura, un monocasco que ofrecerá gran resistencia y estabilidad. Por último, rematamos la casa tanto interior como exteriormente, con todos los detalles que el cliente nos haya pedido.